22 febrero, 2010

Murtagh, el Señor Caracol


El 22 de noviembre de 2008 fui al TEA (Tenerife Espacio de las Artes), donde pude ver la exposición de Óscar Dominguez (La Laguna, Tenerife, 3 de enero de 1906 – París, 31 de diciembre de 1957), artista surrealista canario. Su obra me maravilló y sorprendió por igual, en gran medida porque el surrealismo no suele llegarme como él consiguió. De entre sus obras, ésta me dijo algo en especial. Siento no poder daros nombre y fecha, pero por más que busco y rebusco, no doy con ella. Al verla, aquel día, me vino la imagen de Murtagh, el Señor Caracol, el personaje del cuento de Lyda de Lis. Historia de una Estatua de Piedra, del que vengo a hablaros. Fue verlo colgado en aquella pared blanca, y visualizar lo que os describo, tal y como Lyda se lo encontraría aquel día...
Espero que os "guste"!


(...)

- ¿Quién es la chica?- Dijo el cuarto enano, de forma brusca e imperativa.

- Viene a hablar con Murtagh, dice que sabe dónde está la bruja que cambia las cosas.

- Eso es imposible…- Contestó el enano más fuerte, y en ese momento se abrió la cortina de la litera, dejando al descubierto aquel ser horrible. Lyda hasta se asustó, dio un paso atrás, pero los cuatro enanos no se movieron. Tras la cortina, una figura deforme descansaba sobre cojines. Lyda jamás había visto cosa igual. Era un viejo escuálido, de tez clara, como muerta, arrugada y sin pelos. Las costillas se le marcaban de tal forma, que el horror de su rostro pasaba desapercibido. Era calvo, con una mandíbula que le sobresalía, mostrando sus dientes asomarse de una boca sin labios reconocibles. Sus ojos eran dos cuencas vacías que nadie había tenido la intención de ocultar y los huesos de su calavera se marcaban tanto, que parecía un espectro enfermizo. Pero lo más asqueroso era su alrededor… Por toda la litera, entre almohadones y cofres, había numerosos frascos llenos del líquido en que flotaban sus órganos… El corazón estaba a su derecha, un pulmón a cada lado, los riñones, el hígado y hasta el cerebro, en un estante sobre su cabeza… Era una imagen repulsiva.

- ¿Quién eres, muchacha?- Dijo aquella figura horrenda. Su mandíbula extraordinaria se movió, como si la calavera de un muerto viviente le hablara. Las cuencas vacías de sus ojos estaban clavadas en ella, como si de verdad la miraran.- ¿Por qué crees que busco a la Señora de la Magia Mutable?

- Sé dónde encontrarla.- Respondió Lyda muerta de miedo.

- Dime, pequeña, ¿cuál es tu nombre?

- Eso no importa.- Dijo ella, casi dando un paso atrás.- Vengo a ofrecértela.- En ese momento, Lyda sacó de su bolsillo una manzana, y comenzó a jugar con ella, lanzándola al aire.

Aquella calavera pareció sonreír.- ¿Quién te dice que no he dado ya con ella?

- Sé que no lo has hecho. Dime lo que quieres de ella, y es posible que te diga cómo encontrarla.

- De verdad, me siento intrigado… ¿Qué te hace pensar que la busco?

Lyda torció la cara. Aquel ser repulsivo le era fascinante en alguna manera que no podía comprender.- La necesitas. Los dos lo sabemos. Y yo vengo a entregártela.

- Y querrás algo a cambio… ¿Qué podría ofrecerte yo?

- Sólo quiero saber qué quieres de ella. Ella vendrá por su propia voluntad cuando lo sepa.

Los enanos los miraban, escuchando aquel diálogo sin mediar palabra. Estaban más intrigados en cómo acabaría aquello que interesados en interrumpir. Aquel brujo, lo que fuese aquello, vivo o no, habló muy despacio.

- De ella quiero que me ayude a traer un ser de otro mundo.

(...)



Extraido de Murtagh, el Señor Caracol
Darka Treake
Descarga el capítulo entero en PDF aquí.

1 comentario:

Blonde Redhead dijo...

Qué bonita sorpresa :)

Debo decir que no sólo me ha sorprendido sino que tambien ha sido un acierto por completo...

Es un gran capítulo, sin duda alguna. Genial la descripción del Señor Caracol, casi puedo ver lo repulsivo que es... ¡Y Menos mal que Lyda no hipa por 3ª vez, que sino se iba a enterar! jajajaja

Además, vengo a echarte un cablecillo: Resulta que el autor de ese cuadro no es Óscar Dominguez, sino que es uno de sus amigos o allegados.. tal y como se describe en la guía del TEA (yo también la tengo guardada+entrada).

El pintor de dicho cuadro es Kurt Seligmann. Si te fijas en la foto, la firma lo delata, de ahí saqué la conclusión...La mala noticia es que no he dado con el cuadro xq las galerías que hay por internet las tiene bajo privacidad y hay que registrarse... pero no importa! Es una nimiedad que puede arreglarse con una visita a la biblioteca y ojear un buen libro... ¡ya me contarás cosas!

Gracias por esta genial entrada, me ha encantado, toda ella. Felicidades.


Un abrazo,
B. Redhead

22 febrero, 2010

Murtagh, el Señor Caracol


El 22 de noviembre de 2008 fui al TEA (Tenerife Espacio de las Artes), donde pude ver la exposición de Óscar Dominguez (La Laguna, Tenerife, 3 de enero de 1906 – París, 31 de diciembre de 1957), artista surrealista canario. Su obra me maravilló y sorprendió por igual, en gran medida porque el surrealismo no suele llegarme como él consiguió. De entre sus obras, ésta me dijo algo en especial. Siento no poder daros nombre y fecha, pero por más que busco y rebusco, no doy con ella. Al verla, aquel día, me vino la imagen de Murtagh, el Señor Caracol, el personaje del cuento de Lyda de Lis. Historia de una Estatua de Piedra, del que vengo a hablaros. Fue verlo colgado en aquella pared blanca, y visualizar lo que os describo, tal y como Lyda se lo encontraría aquel día...
Espero que os "guste"!


(...)

- ¿Quién es la chica?- Dijo el cuarto enano, de forma brusca e imperativa.

- Viene a hablar con Murtagh, dice que sabe dónde está la bruja que cambia las cosas.

- Eso es imposible…- Contestó el enano más fuerte, y en ese momento se abrió la cortina de la litera, dejando al descubierto aquel ser horrible. Lyda hasta se asustó, dio un paso atrás, pero los cuatro enanos no se movieron. Tras la cortina, una figura deforme descansaba sobre cojines. Lyda jamás había visto cosa igual. Era un viejo escuálido, de tez clara, como muerta, arrugada y sin pelos. Las costillas se le marcaban de tal forma, que el horror de su rostro pasaba desapercibido. Era calvo, con una mandíbula que le sobresalía, mostrando sus dientes asomarse de una boca sin labios reconocibles. Sus ojos eran dos cuencas vacías que nadie había tenido la intención de ocultar y los huesos de su calavera se marcaban tanto, que parecía un espectro enfermizo. Pero lo más asqueroso era su alrededor… Por toda la litera, entre almohadones y cofres, había numerosos frascos llenos del líquido en que flotaban sus órganos… El corazón estaba a su derecha, un pulmón a cada lado, los riñones, el hígado y hasta el cerebro, en un estante sobre su cabeza… Era una imagen repulsiva.

- ¿Quién eres, muchacha?- Dijo aquella figura horrenda. Su mandíbula extraordinaria se movió, como si la calavera de un muerto viviente le hablara. Las cuencas vacías de sus ojos estaban clavadas en ella, como si de verdad la miraran.- ¿Por qué crees que busco a la Señora de la Magia Mutable?

- Sé dónde encontrarla.- Respondió Lyda muerta de miedo.

- Dime, pequeña, ¿cuál es tu nombre?

- Eso no importa.- Dijo ella, casi dando un paso atrás.- Vengo a ofrecértela.- En ese momento, Lyda sacó de su bolsillo una manzana, y comenzó a jugar con ella, lanzándola al aire.

Aquella calavera pareció sonreír.- ¿Quién te dice que no he dado ya con ella?

- Sé que no lo has hecho. Dime lo que quieres de ella, y es posible que te diga cómo encontrarla.

- De verdad, me siento intrigado… ¿Qué te hace pensar que la busco?

Lyda torció la cara. Aquel ser repulsivo le era fascinante en alguna manera que no podía comprender.- La necesitas. Los dos lo sabemos. Y yo vengo a entregártela.

- Y querrás algo a cambio… ¿Qué podría ofrecerte yo?

- Sólo quiero saber qué quieres de ella. Ella vendrá por su propia voluntad cuando lo sepa.

Los enanos los miraban, escuchando aquel diálogo sin mediar palabra. Estaban más intrigados en cómo acabaría aquello que interesados en interrumpir. Aquel brujo, lo que fuese aquello, vivo o no, habló muy despacio.

- De ella quiero que me ayude a traer un ser de otro mundo.

(...)



Extraido de Murtagh, el Señor Caracol
Darka Treake
Descarga el capítulo entero en PDF aquí.

1 comentario:

Blonde Redhead dijo...

Qué bonita sorpresa :)

Debo decir que no sólo me ha sorprendido sino que tambien ha sido un acierto por completo...

Es un gran capítulo, sin duda alguna. Genial la descripción del Señor Caracol, casi puedo ver lo repulsivo que es... ¡Y Menos mal que Lyda no hipa por 3ª vez, que sino se iba a enterar! jajajaja

Además, vengo a echarte un cablecillo: Resulta que el autor de ese cuadro no es Óscar Dominguez, sino que es uno de sus amigos o allegados.. tal y como se describe en la guía del TEA (yo también la tengo guardada+entrada).

El pintor de dicho cuadro es Kurt Seligmann. Si te fijas en la foto, la firma lo delata, de ahí saqué la conclusión...La mala noticia es que no he dado con el cuadro xq las galerías que hay por internet las tiene bajo privacidad y hay que registrarse... pero no importa! Es una nimiedad que puede arreglarse con una visita a la biblioteca y ojear un buen libro... ¡ya me contarás cosas!

Gracias por esta genial entrada, me ha encantado, toda ella. Felicidades.


Un abrazo,
B. Redhead