02 abril, 2007

Primera Planta. 05.45 horas.

Hacía mucho que no escribía nada del Cuento de Siläe, y ya me estaba preocupando. Pero bueno, al fin me ha salido algo...
No me gustarñía dejar este cuento inacabado...
Al acecho...

La elfa caminaba extremadamente despacio por el pasillo, apoyándose en su báculo, gracias al cual veía en aquella irremediable oscuridad. Trataba de no hacer una pizca de ruido, iba siguiéndolos, y no pensaba dejar que la descubrieran al acecho... No sabía cómo iba a reaccionar ese elfo, podía resultar muy peligroso, y su espada debía estar bien afilada. No, no iba a dejarlos que la descubrieran.
La Dama Negra llegó a la puerta que daba a la habitación anterior a donde estaban ellos. Podrían escucharla en cualquier momento, o dar la vuelta... Fue prudente, y quedó escuchando tras la puerta entornada. Escuchó alguna voz, un murmullo, y al poco, un muro moverse... ¿A dónde debía llevar el pasadizo que acababan de encontrar? La dama negra trató de recordar... Ella conocía aquella torre bien, demasiado bien... Tal vez podría llevar a la gran biblioteca de los aprendices. Cuántas horas pasó ella allí....
Ya no oía nada. Al cabo de un momento, empujó la perta despacio, y la insignificante luz de su báculo bañó la habitación rectangular y vacía. Ellos debían haber ido por la puerta que había frente a ella. Allí fue. Al otro lado, silencio. No había nadie, aunque... ¿Qué era ese ruido? Era como un barullo incesante, un fino sonido desesperado. Abrió la puerta.
Se encontró entonces en una pequeña habitación cuadrada, en cuyo centro, ocupándolo casi todo, una enorme jaula de donde provenía aquel barullo, ahora casi ensordecedor. Era impresionante. La jaula estaba completamente llena de mariposas, miles y miles, y todas revoloteaban como desesperadas. A su izquierda, el muro donde ello debían haber ido, pues no había otra salida. Y sí, allí estaba la gran biblioteca, y ellos en ella.



Extraído del capítulo XV del Cuento de Siläe.
Memorias olvidadas
Darka Treake

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02 abril, 2007

Primera Planta. 05.45 horas.

Hacía mucho que no escribía nada del Cuento de Siläe, y ya me estaba preocupando. Pero bueno, al fin me ha salido algo...
No me gustarñía dejar este cuento inacabado...
Al acecho...

La elfa caminaba extremadamente despacio por el pasillo, apoyándose en su báculo, gracias al cual veía en aquella irremediable oscuridad. Trataba de no hacer una pizca de ruido, iba siguiéndolos, y no pensaba dejar que la descubrieran al acecho... No sabía cómo iba a reaccionar ese elfo, podía resultar muy peligroso, y su espada debía estar bien afilada. No, no iba a dejarlos que la descubrieran.
La Dama Negra llegó a la puerta que daba a la habitación anterior a donde estaban ellos. Podrían escucharla en cualquier momento, o dar la vuelta... Fue prudente, y quedó escuchando tras la puerta entornada. Escuchó alguna voz, un murmullo, y al poco, un muro moverse... ¿A dónde debía llevar el pasadizo que acababan de encontrar? La dama negra trató de recordar... Ella conocía aquella torre bien, demasiado bien... Tal vez podría llevar a la gran biblioteca de los aprendices. Cuántas horas pasó ella allí....
Ya no oía nada. Al cabo de un momento, empujó la perta despacio, y la insignificante luz de su báculo bañó la habitación rectangular y vacía. Ellos debían haber ido por la puerta que había frente a ella. Allí fue. Al otro lado, silencio. No había nadie, aunque... ¿Qué era ese ruido? Era como un barullo incesante, un fino sonido desesperado. Abrió la puerta.
Se encontró entonces en una pequeña habitación cuadrada, en cuyo centro, ocupándolo casi todo, una enorme jaula de donde provenía aquel barullo, ahora casi ensordecedor. Era impresionante. La jaula estaba completamente llena de mariposas, miles y miles, y todas revoloteaban como desesperadas. A su izquierda, el muro donde ello debían haber ido, pues no había otra salida. Y sí, allí estaba la gran biblioteca, y ellos en ella.



Extraído del capítulo XV del Cuento de Siläe.
Memorias olvidadas
Darka Treake

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