27 febrero, 2007

El Cuentacuentos: El silencio de la noche fue su aliado.

El silencio de la noche fue su aliado. Ya estaba hecho, y no había vuelta atrás. La semilla estaba sembrada, y algún fruto daría... Si ocurría lo que podía llegar a ocurrir, él ya no sería quien recibiría órdenes. Nunca más.

Cabalgaba a toda prisa. Su corcel, Áspero, era de un color tan negro que se confundía en la noche, y lo único que brillaba al veloz galope, eran los ribetes dorados de su oscura armadura. Surcaba el viento a gran velocidad, él solo, en mitad de la nada, en mitad de aquel árido desierto sin vida. Llegaría tan pronto como pudiera a la Última Atalaya, donde todo el mundo creía que estaba... Pobres ineptos, ni siquiera sabían lo que iba a pasar...

Llegaría ese momento, cuando él los gobernaría a todos.

Ese estúpido orco, con su cabeza hueca, iba a picar el anzuelo. Seguro. Y entonces todo iba a comenzar. Sí... Este era el momento. Había aprovechado a las numerosas revueltas. A los rumores de la caída del Señor Oscuro, al completo silencio sobre su persona... Nada sabían, y podría estar muerto...

Él ocuparía su lugar. El Trono sería suyo. Todo sería suyo...

El galope de Áspero aminoró al girar unos grados al oeste. Él ni siquiera había necesitado avisar a su montura, ésta lo había sabido, se había orientado en mitad de aquel desierto. Se dirigían a la Última Atalaya, a seguir tejiendo su plan. Sabía que lo iba a conseguir... Si ese orco caía en su engaño... Si todo salía como él quería, como había pensado... Todo, todo sería para él.


Darka Treake



Muchos más cuentos en... El Cuentacuentos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pues no dejes de hacerlo, de escribir digo. ¿qué es eso de no atreverte?

Tu historia me ha recordado al señor de los anillos. Oigo hablar de orcos y es la primera imagen que me viene. Y según lo describes...

Seguro que no era lo que pretendías, pero bueno a mi esq me marcó la trilogía.

Así que lo dicho ¿ok? que el atrevimiento salga fuera!!

besitos

Darka Treake dijo...

jejejeje

Bueno, que me comparen con Tolkien es siempre un halago, desde luego.
Supongo que es inevitable, algo a lo que toda la Fantasía Épica tendrá que enfrentarse siempre...

No pasa nada, no te preocupes.

Intentaremos atrevernos más amenudo, va??
1bsito,
Darka.

isinspira dijo...

Me pierdo en tu gran historia!Es una pena que haya perdido el hilo, de un lado para otro y olvido dejarme caer por este gran mundo que es el tuyo. Tengo que venir con más tiempo a recuperarlo...
Y te aseguro que dudo mucho más de lo que aparento ;)
Besos!

Anónimo dijo...

Es la primera vez que paso a leerte y me voy de aquí sorprendida!! No he entendido muy bien el relato, aunque puede ser porque llevo lo que parecen un centenar de historias leídas... jajajjaj....
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Jan.

27 febrero, 2007

El Cuentacuentos: El silencio de la noche fue su aliado.

El silencio de la noche fue su aliado. Ya estaba hecho, y no había vuelta atrás. La semilla estaba sembrada, y algún fruto daría... Si ocurría lo que podía llegar a ocurrir, él ya no sería quien recibiría órdenes. Nunca más.

Cabalgaba a toda prisa. Su corcel, Áspero, era de un color tan negro que se confundía en la noche, y lo único que brillaba al veloz galope, eran los ribetes dorados de su oscura armadura. Surcaba el viento a gran velocidad, él solo, en mitad de la nada, en mitad de aquel árido desierto sin vida. Llegaría tan pronto como pudiera a la Última Atalaya, donde todo el mundo creía que estaba... Pobres ineptos, ni siquiera sabían lo que iba a pasar...

Llegaría ese momento, cuando él los gobernaría a todos.

Ese estúpido orco, con su cabeza hueca, iba a picar el anzuelo. Seguro. Y entonces todo iba a comenzar. Sí... Este era el momento. Había aprovechado a las numerosas revueltas. A los rumores de la caída del Señor Oscuro, al completo silencio sobre su persona... Nada sabían, y podría estar muerto...

Él ocuparía su lugar. El Trono sería suyo. Todo sería suyo...

El galope de Áspero aminoró al girar unos grados al oeste. Él ni siquiera había necesitado avisar a su montura, ésta lo había sabido, se había orientado en mitad de aquel desierto. Se dirigían a la Última Atalaya, a seguir tejiendo su plan. Sabía que lo iba a conseguir... Si ese orco caía en su engaño... Si todo salía como él quería, como había pensado... Todo, todo sería para él.


Darka Treake



Muchos más cuentos en... El Cuentacuentos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pues no dejes de hacerlo, de escribir digo. ¿qué es eso de no atreverte?

Tu historia me ha recordado al señor de los anillos. Oigo hablar de orcos y es la primera imagen que me viene. Y según lo describes...

Seguro que no era lo que pretendías, pero bueno a mi esq me marcó la trilogía.

Así que lo dicho ¿ok? que el atrevimiento salga fuera!!

besitos

Darka Treake dijo...

jejejeje

Bueno, que me comparen con Tolkien es siempre un halago, desde luego.
Supongo que es inevitable, algo a lo que toda la Fantasía Épica tendrá que enfrentarse siempre...

No pasa nada, no te preocupes.

Intentaremos atrevernos más amenudo, va??
1bsito,
Darka.

isinspira dijo...

Me pierdo en tu gran historia!Es una pena que haya perdido el hilo, de un lado para otro y olvido dejarme caer por este gran mundo que es el tuyo. Tengo que venir con más tiempo a recuperarlo...
Y te aseguro que dudo mucho más de lo que aparento ;)
Besos!

Anónimo dijo...

Es la primera vez que paso a leerte y me voy de aquí sorprendida!! No he entendido muy bien el relato, aunque puede ser porque llevo lo que parecen un centenar de historias leídas... jajajjaj....
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Jan.